enero 17, 2011

Google, de acuerdo a lo que pagues es como te verán en los buscadores


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EL MUNDO › ENTREVISTA A RENAUD CHAREYRE, INVESTIGADOR Y AUTOR DEL LIBRO GOOGLE SPLEEN


“Google se creó una imagen intocable”



La Unión Europea actualmente investiga si la empresa  que gestiona el buscador manipula los resultados de los datos que  aparecen en la pantalla. Chareyre explica por qué está convencido de que  existe tal manipulación.


          

Por Eduardo Febbro                       


Desde París


El gran devorador universal de libros e información empieza a tener  algunos problemas con la imagen de pertinencia que cifró su éxito.  Google es objeto de una investigación abierta por la Unión Europea para  establecer si la empresa que gestiona el buscador manipula los  resultados de los datos que aparecen en el buscador. La multinacional de  las dos “O” procede de una forma que está lejos de coincidir con la  honestidad y la transparencia que forjaron su imagen. Los europeos  sospechan desde hace mucho que Google manipula los esquemas de su motor  de búsqueda no sólo para favorecerse económicamente, sino también para  instaurar una situación de monopolio en el mercado. El gigante de la  doble “O” no parece honrar la divisa de la empresa, “No hagas el mal”.  Google viene haciendo las cosas muy mal desde hace cierto tiempo. En  2006 preparó una versión autocensurada destinada al mercado chino para  ahorrarse una confrontación con el poder comunista de Beijing, luego  emprendió una poderosa campaña para digitalizar los libros con  intenciones no siempre honradas, más tarde apareció espiando las cuentas  de los correos y los accesos, Internet con su sistema Street View, y  por último Google fue denunciado innumerables veces por espiar a los  usuarios de Internet con el objetivo de establecer un perfil  personalizado y adaptar la publicidad según cada persona.


El Departamento de Competencia de la Comisión Europea, a cargo del  vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, investiga si hoy  Google no está violando las reglas del Tratado de la Unión. El año  pasado, el portal británico de comparación de precios, Founden, el  portal de compras online Ciao! y el buscador jurídico francés  ejustice.fr incriminaron a Google por la manera en que el buscador los  relega en los últimos puestos de los resultados de las búsquedas. Ciao!,  a su vez, cuestionó a Google por las condiciones artificialmente  elevadas que fija en las tarifas publicitarias. En ambos casos, es el  corazón menos noble de Google que queda al desnudo. Las autoridades de  la Unión Europea enviaron a empresas y organizaciones unas cien  preguntas para determinar si la empresa californiana manipula o no los  resultados.


Renaud Chareyre no tiene ni la más mínima duda sobre esa  manipulación. En un libro de perfil riguroso, Google Spleen, este  investigador desmenuzó el lado menos brillante de Google, el famoso  sistema AdWords mediante el cual Google asocia la publicidad a los  resultados de una búsqueda. Y cuando más se paga, más arriba se aparece.  Renaud Chareyre demostró que las respuestas que ofrece el buscador  están, de hecho, manipuladas, pasadas por el tamiz del provecho. En esta  entrevista con Página/12 en París, el autor de Google Spleen (www.googlespleen.com)  expone las prácticas de una empresa que todo lo que hace apunta a un  solo objetivo: hacer más y más dinero con el conocimiento humano.

–Google siempre gozó de una imagen muy positiva. Para la  gente el gigante que domina 90 por ciento del mercado de los motores de  búsqueda siempre apareció como al anti Microsoft por excelencia. Sin  embargo, poco a poco, quien era como una suerte de antídoto del demonio  empezó a perder sus atributos de ángel.  

–Google es una empresa extremadamente poderosa, tanto en el plano  económico como de la imagen. El tema Google es muy complejo, hay muchos  parámetros y es extremadamente difícil hacerle ver a la gente la  realidad de Google. Con Google tenemos una empresa que supo desarrollar  una estrategia de marketing muy eficaz que le sirvió para construirse  una imagen casi intocable, que se apoya en gran parte sobre el principio  de gratuidad de las soluciones que propone. Pero detrás de esto está el  modelo económico que financia las soluciones propuestas por Google. Ese  modelo es poco claro. La entidad que financia Google es AdWords. El  utilizador no paga cuando lanza una búsqueda. Todo reposa sobre la  publicidad de los anunciantes, quienes aportan los presupuestos en el  sistema Google. Ahora, se trata de saber cómo se organizan esos  anuncios.

–Eso se debe al hecho principal de que la respuesta del  buscador depende de lo que pagó o no el anunciante. O sea, si hacemos  una búsqueda sobre un objeto la respuesta que aparece primero está  regulada según lo que abonó el anunciante. Es, en suma, una respuesta  organizada según un criterio comercial.  

–Efectivamente, en la lógica del sistema AdWords. Google asegura a  los anunciantes que el que pagó el precio más alto aparecerá mejor  ubicado en las respuestas. Google estudia también la tasa de clics y  modula su respuesta en función de ella. Los mecanismos que intervienen  en este proceso son extremadamente complejos. Pero nos damos cuenta de  que, al final, es Google quien decide qué lista aparece en la pantalla  de los internautas y ello sin que los anunciantes puedan decidir algo.  Google también decide la clasificación de los anuncios. Más aún, las  respuestas de Google varían de una pantalla a otra. La aparición o no de  determinadas publicidades está determinada por Google en función del  perfil de A o de B. Un usuario A verá en su pantalla un determinado tipo  de anuncios mientras que el B verá otros.

–Ello implica una vigilancia constante.  

–Google trabaja con un algoritmo permanente que analiza los  resultados de las publicidades a fin de modular la aparición o no de los  links subvencionados. El objetivo de todo esto consiste en modelizar de  manera permanente la gestión de los afiches publicitarios.

–Google es como Dios: está en todas partes: lo encontramos  como motor de búsqueda, como correo electrónico a través de G-mail,  también tiene su propio sistema de explotación con Androide, lo tenemos  como devorador de libros, en fin, es una máquina con una filosofía  expansionista única.  

–Google es una empresa que hace dinero con las relaciones  cognitivas. Buscará apoderarse de todo lo que puede permitirle a un  individuo extender el campo de sus conocimientos para sacar provecho de  ello. De allí la lógica que consiste en proponer publicidad según lo que  se conoce del internauta, del perfil que se estableció de él, de la  tipificación de sus centros de interés. El mismo principio es válido en  lo que atañe al proyecto de numerización de los libros. Google quiere  ofrecer una apertura a gratuita a la cultura pero, por debajo, este  principio le permite a Google seguir a cada internauta según sus  intereses. Se pueden saber muchas cosas conociendo los libros que una  persona lee. Se pueden conocer sus ideas, sus gustos, etc. El proyecto  de digitalización de los libros es un espejo de lo que Google hizo con  YouTube. Se ponen libros al alcance de la gente, de allí se establece un  perfil de la persona y detrás se sacan beneficios con la publicidad.  Google podrá conocer los autores favoritos de cada internauta y,  paralelamente, hacer publicidad sobre los libros que vende en su  librería en línea.

–Muchos analistas se preguntan hoy si acaso Google no se  convirtió en algo demasiado grande que representa un peligro para la  democracia, para el principio de elección.  

–En cuanto al principio de elección, a partir del momento en que  sabemos que Google está en condiciones de regular la información que  ofrece al internauta –y todo esto con una imagen de pertinencia– vemos  enseguida que hay una amenaza fuerte sobre la libertad de elección del  consumidor. Esto nos lleva a interrogarnos si con este modelo aún  estamos en la economía de mercado, es decir, en un modelo de libre  circulación de la oferta y la demanda. Nuestra tesis, en el libro, es  que Google está en una posición en la que puede aportar una información  comercial con la cobertura de la pertinencia –los internautas tienen una  confianza ciega– para orientar al internauta hacia preferencias de  consumo. En el plano político también hay muchos interrogantes. Cuando  contamos con una herramienta útil como Google, que es capaz de prever la  evolución de la gripe A en función de las consultas de los internautas  al motor de búsqueda, igualmente podemos pensar que Google es capaz de  anticipar las tendencias de la opinión, las tendencias electorales. Por  consiguiente, Google puede regular el flujo de la información según las  ideas o las opiniones.

–¿Cuál es el secreto mayor de Google?  

–Su primer secreto es haber sido capaz de montar un sistema  económico que vende algo que no se corresponde con lo que los clientes  compran. El segundo, y gracias a una extrema inteligencia, consiste en  fabricarse una imagen de extrema pertinencia. Los internautas utilizan  Google cuando en realidad no hay mucha pertinencia en ese sistema. El  secreto es la imagen que borra toda la realidad y las incoherencias de  su sistema económico.