La historia política Argentina desde hace tiempo viene en retroceso y todo se asemeja a pasados hechos que deberían haber cambiado para bien.
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Desde que comencé a participar en política hasta que me hice a un costado
momentáneamente escuche hablar de la cintura política, no creo sea esa
que los medios de comunicación nos mostraban en el día de ayer, donde la
señora Camaño le da una trompada a otro colega. Mientras estos
señores/as inventan leyes para asegurar capitales de terceros y los propios,
también se atribuyen de ensuciar la vida de cualquier ciudadano, no
obstante ahora se agarran a trompadas, ¡será que se contagiaron de los
senados Chinos donde se defiende lo que sea a duelo. Parece ser que
volvemos al pasado y me puse a pensar en algo ocurrido mucho tiempo
atrás, donde una investigación se hizo pública en el Senado de la Nación en
julio de 1935, en la que Lisandro de la Torre acusó al frigorífico Anglo de
evasión impositiva y señaló la existencia de corrupción que involucraba al
gobierno del presidente Agustín P. Justo, y en particular, al Ministro de
Hacienda, Federico Pinedo y al Ministro de Agricultura, Luis Duhau. El
Ministro de Agricultura llegó a amenazar en medio de la sesión al senador
denunciante: ¡Ya pagará bien caro todas las afirmaciones que ha hecho! Dos
días después, el 23 de julio de ese año, Duhau agredió a de la Torre,
arrojándolo al piso, y escapando del recinto inmediatamente. En medio del
tumulto provocado, Ramón Valdez Cora realizó una serie de disparos con
una pistola, en dirección a de la Torre, que impactaron de lleno en el cuerpo
de su discípulo y senador electo Enzo Bordabehere, quien estaba intentando
proteger al senador de sus atacantes. Bordabehere donde fallece a causa de
los disparos. Luego, el Ministro de Hacienda retó a duelo a de la Torre, quién
aceptó y el mismo se llevo a cabo sin que ninguno resultara herido. Además
fue llamado el Fiscal de la Patria por su desempeño en esta investigación de
corrupción. Lo que hoy tenemos como nuestros representantes deja mucho
que desear, no me refiero a todos por-supuesto, porque aún existen muy
buenas personas con mucha honestidad y dignidad humana
lamentablemente la mayoría es la que apreta y limita las buenas acciones en
defensa del bien común general.
Desde mi humilde pensamiento hoy veo un futuro incierto en nuestro país mientras sigan existiendo los ambiciosos del poder y la maldad. Lamento mucho que De la Torre Halla hecho tirar sus cenisas al aire, al viento, según veo no alcanzó para todos, sólo unos pocos pudimos respirarla.
Victor Alfredo Medina